Alcázar reclama al gobierno medidas progresistas para atajar la inflación de forma más contundente y que no lo deje sólo en manos de factores externos
El coordinador ejecutivo de Economía de IU considera que “el IPC sigue demasiado elevado para un contexto económico próximo a la recesión, con alto nivel de desempleo y fuerte caída de la demanda y del petróleo”
Madrid, 14 de octubre de 2008.-
El coordinador ejecutivo de Economía y Mundo del Trabajo de Izquierda Unida, Javier Alcázar, pese a considerar el descenso del IPC en septiembre como “un buen dato, aunque con matices”, reclama al Gobierno socialista que “sigue siendo imprescindible que de una vez adopte medidas progresistas para atajar la inflación, más allá de su coincidencia con las manidas recetas neoliberales tendentes a desregular aun más el mercado de trabajo y contener los salarios, y de dejar que baje sólo en manos de la evolución de los factores externos, como el descenso del petróleo”.
Alcázar considera que “con la inflación no puede pasar como con las consecuencias que la crisis económica y financiera está teniendo sobre la economía real de los ciudadanos. No puede ser que tras practicarse sólo políticas liberalizadoras y de falta de control, al final se tenga que poner un remedio que pagan todos los trabajadores y trabajadoras para salvar a los verdaderos causantes y su patrimonio”.
El dirigente de IU entiende que, pese al leve descenso de la inflación el mes pasado, “sigue siendo imprescindible el mantenimiento del poder adquisitivo de los trabajadores para evitar un mayor desplome del consumo, de la actividad económica y del empleo. Debe ir unido a la articulación de medidas de signo expansivo que sirvan para sostener la actividad económica y el empleo en un contexto inflacionario”.
Javier Alcázar explica los “matices” que aparecen en el dato del IPC de septiembre. En su opinión, “hay una parte positiva ya que supone una caída por segundo mes consecutivo desde los máximos alcanzados en julio, al no haber experimentado variación mensual alguna y al situar la tasa de variación interanual de este índice en un 4,5%, cuatro décimas inferior a la existente el mes pasado”.
“Los matices negativos –detalla- vienen desde la óptica de la comparación del dato de este año con los del pasado en las mismas fechas. Suponen una tasa de inflación 1,8 puntos superior y sigue más que duplicando la tasa prevista para el conjunto del año, todo ello en un contexto de evolución económica negativa, dada la caída de la demanda interna y de un fuerte aumento del desempleo. Estas circunstancias empeorarán previsiblemente a lo largo del resto de este año y de 2009 al entrar en una fase económica de recesión”.
Según Alcázar, “la evolución del IPC pone de manifiesto sin lugar a dudas la influencia que tienen tanto la evolución de los precios del petróleo, como nuestro nivel de dependencia energética. No obstante, si fue muy claro que ante una subida del crudo se disparó la inflación, no lo es tanto que ante la actual bajada se esté trasladando con la misma prontitud ésta a los consumidores”.
El responsable económico de IU explica que “nos aparece la duda sobre cuánto más hubieran podido bajar los precios si este mercado fuera más flexible y transparente, así como si hubiera un mayor control por parte del Gobierno de los márgenes comerciales en algunos sectores que, a día de hoy, siguen siendo abusivos dada la situación económica existente. Además, nos refuerza en la convicción de demandar un cambio de nuestro modelo energético, para que se apueste por un impulso decidido por políticas de ahorro y de eficiencia energética como condición necesarias para abordar uno de los componentes estructurales de nuestra tasa de inflación”.
En esta misma dirección, Alcázar apunta que “si uno de los problemas derivados de la crisis internacional y que ha afectado a nuestra economía es la falta de liquidez en el sector financiero, hecho que afecta a nuestro crecimiento y, con ello, a los ingresos fiscales, habría que actuar de forma más activa y efectiva sobre el alto nivel de fraude fiscal y el alto nivel de economía sumergida existente en nuestro país. El Gobierno debería dar respuesta a cuestiones que son de liquidez pura y dura, entre ellas ¿dónde está ahora la ingente cantidad de billetes de 500 euros utilizados en la especulación? ¿Están quizás esperando algún tipo de amnistía fiscal encubierta?”
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