¿A quienes representan?
Cada día que pasa la UE no hace sino sorprendernos un poco más y hace que nos preguntamos que intereses defienden los altos dirigentes europeos y a quienes representan.
Si hace unos días la reunión de ministros de trabajo de la UE dio como resultado la propuesta de ampliar hasta 65 horas la jornada se trabajo semanal, en estos días están debatiendo la posibilidad de un mayor periodo de internamiento de los inmigrantes irregulares; pero como les debe parecer poco, ahora están pensado en permitir que las operadores de telefonía móvil te cobren cuando tu recibes una llamada en tu teléfono.
Esta nueva tomadura de pelo, y atraco a nuestros bolsillos; nos la quieren vender con el argumento de que hará que las tarifas de telefónica móvil bajarán porque, dicen ellos, de esta manera la tarifa de interconexión puede desaparecer.
No hay que ser un lince para adivinar a quien benefician estas medidas. La primera de ellas al mundo empresarial que les produciría un importante ahorro en costes laborales, mientras condena a casi el esclavismo a los trabajadores más desprotegidos. La segunda a esos gobiernos de derecha europeos que cada día se parecen más a los viejos fascismos que a las nuevas democracias; y evidentemente perjudican a los inmigrantes irregulares que los deja indefensos y en una situación de inseguridad jurídica evidente. Y por último la tercera parida beneficia a las ya repletas arcas de las multinacionales de la telefonía móvil, y perjudican sobre todo a los pequeños clientes, ya que las grandes empresas negocian directamente con las operadoras sus propias tarifas.
¿Y todavía hay alguien que se pregunte porque esta creciendo el sentimiento antieuropeo de la ciudadanía en la UE. Si ya estaba claro que la UE era fundamentalmente una unión de intereses económicos y políticos, desde luego, con las últimas propuestas esta quedando, también meridianamente claro, que no se vela por los intereses de la ciudadanía de la UE y en particular de los trabajadores. Las últimas propuestas van encaminadas a incrementar los beneficios de las empresas y a empeorar las condiciones de trabajo de los trabajadores europeos y el poder adquisitivo de la ciudadanía de la UE.
En definitiva que con medidas como las comentadas lo lógico es que cada día haya más personas que se consideren como mínimo euroescépticos y que los máximos representantes de los países de la UE se apresuren a cerrar filas en torno a seguir adelante con el Tratado de Lisboa y alejen cualquier posibilidad de ratificación del mismo mediante referéndum. Los dirigentes europeos olvidan quienes les pagan o quizás también les pagan por otro lado.
Salud, República y Socialismo
Antonio Rodriguez
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