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Asamblea Izquierda Unida de Candelario

La que se avecina

La que se avecina

La que se avecina

 

Ha comenzado la  IX Legislatura de la democracia con la elección –por primera vez en la Historia- del Presidente del Congreso en segunda vuelta y con dos votos menos de los que en teoría debería haber recibido.

A algunos les ha faltado tiempo para tratar de encontrar un Caballo de Troya en la bancada socialista: “los catalanes del PSC no soportan a Pepe Bono” decían unos; “han sido Guerra y Marugán” advierten otros. “Un error de novato” señalan los más ingenuos. 

Al margen de la anécdota de los dos diputados díscolos (nada que ver por cierto, con Tamayo y Sáez), y de lo poco afortunada que ha sido la elección de Bono, lo relevante es la estrategia del PSOE de hacer manifiesta su independencia respecto de nacionalistas y grupos minoritarios. Independencia que en cualquier caso es relativa e interesada pues basta con comparar su negativa a ceder en el Congreso ante los minoritarios, para descongestionar el Grupo Mixto del Congreso, con la cesión de seis senadores al PNV y tres a CIU para que formen grupo propio en el Senado. 

Por mor de dicha estrategia, Zapatero ya tiene asumido que será reelegido Presidente en la segunda vuelta. Con el PP emprendiendo la travesía del desierto, con la izquierda mermada por su exigua representación, el PSOE sabe que es mejor trasladar la imagen de firmeza y de que ZP va a imponer su calendario político que la de llegar a acuerdos que puedan ser vistos como hipotecas. 

Y de hipotecas va a ir la cosa en la presente legislatura y no políticas precisamente. El PSOE se enfrenta no a un bache, sino a un socavón del que parece claro que va a tratar de huir con recetas de sobra conocidas: cheques, desregulación laboral, nuevas medidas fiscales –es decir, nueva rebaja de impuestos- y mucha autoridad acompañada eso sí, del talante necesario para anestesiar al votante de izquierdas no sea que eche de menos a Izquierda Unida. 

Puede ocurrir sin embargo, que el Partido Popular consiga cambiar de estrategia (si le dejan a Rajoy) presentándose como un partido alejado de la “derechona rancia” que tanto interesa a las huestes socialistas para sembrar el voto del miedo. Una derecha que de nuevo imponga una agenda de reformas económicas y de contrarreformas sociales que sin duda alguna será bien acogida por los nacionalistas y a la que el PSOE no va a plantear alternativa, porque sencillamente no la tiene.  

El 9 de marzo perdió la izquierda y más vale que empecemos a asumirlo, a despertar del letargo a los agentes sociales y a descartar al PSOE como posible aliado, porque nada va hacer Zapatero para evitar que la crisis económica la paguen los de siempre. ¡Menuda la que se avecina! 

Gorka Esparza

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